Ni Una Menos, pero Muchos más…..
Salir a la calle a marchar para reclamar que las mujeres no tengamos más muertas, lesionadas y agredidas de cualquier modo, no era una opción, era una obligación; así lo entendí y partí después del trabajo a caminar por la Alameda este miércoles por la tarde. Me encontré con cientos y cientos de mujeres vestidas de negro y aun así,…
Salir a la calle a marchar para reclamar que las mujeres no tengamos más muertas, lesionadas y agredidas de cualquier modo, no era una opción, era una obligación; así lo entendí y partí después del trabajo a caminar por la Alameda este miércoles por la tarde. Me encontré con cientos y cientos de mujeres vestidas de negro y aun así, todo era de cierto modo, una fiesta. Fue como ir a esos funerales donde todos estamos tristes despidiendo a quien partió y de pronto comienzan a llegar amigos o familiares a quienes no veíamos hace años y a pesar del dolor nos alegramos, les ha pasado? Recuerdo cuando velamos a una amiga muy querida y fuimos llegando, tantas y tantos que terminamos cantando con guitarras en la iglesia, en el suelo, al lado del cajón, hasta que nos echaron y tuvimos que irnos a la casa de alguien a seguir cantando y celebrar este reencuentro.
Ese mismo sentimiento me invadió ayer durante la marcha, caminaba entre la gente sintiendo que nos estamos reencontrando luego de estar tanto tiempo separados/as. Separados/as por ideas, separados/as porque nuestra carga laboral no nos deja tiempo para juntarnos, separados/as porque necesitamos defendernos de quienes se coluden, nos roban, nos menoscaban…….. Pero ahí estábamos de nuevo, todas juntas, sonriéndonos, cantando, bailando, reclamando porque no queremos que nuestras hijas, sobrinas, nietas tengan que vivir en el miedo permanente de que alguien las ataque y terminen como tantas y tantas: muertas, ciegas, quemadas y sabrá Dios que más, porque los dolores que deja el maltrato en quienes lo sufren, es tan indescriptible que las huellas tal vez nunca se reconozcan (ni se sanen) del todo.
Durante los días previos, revisando las redes sociales, leía como algunos hombres hacían bromas con el tema, comentaban que ellos también sufrían violencia y muchos hasta intentaron cambiar la convocatoria para que fuera una sola, sin discriminación de género. Pude también observar respuestas de otros hombres intentando hacerlos comprender que no se trataba de empatar, sino de empatizar. También leí a mujeres que reclamaban porque la convocatoria era separatista y no necesitan guardaespaldas….. Pero cuando vi en las calles la cantidad de hombres marchando, me convencí que las generaciones de recambio lo lograrán, porque esta necesidad está naciendo desde ellos mismos y están empezando a caminar junto a nosotras en el respeto y la dignidad y que nos construiremos junto a ellos, la seguridad de que ya no tendremos “Ni una menos” porque ahora somos muchos más……
Escrito por Verónica Jamasmie.
